Capítulo 2:

Vuelvo a coger el libro del suelo, y lo abro por la primera página. Empiezo a leer y, no hagoo más que encontrarme nombres rarísimos que nunca había oído antes. ¿ Pero quién se puede llamar ``Peeta´´ un nombre, que, para mi gusto, es un tanto ridículo. Dejo de pensar en ese nombre porque de repente me aparence otros dos rarísimos también: Katniis y Prim. Prim, madremia, la escritora debe de estar muy mal para ponerle ese

nombre a una pobre niña de 12 años. Me dejo de entretener y sigo intentando centrarme en el libro. 

Martes, 5 de marzo, 7:30 de la mañana:

Me despierto con el libro abieto encima de mi cara, es muy raro que esté allí, espera, ya lo recuerdo, me quedé dormida leyendolo. ¿Tan interesante debió ser? Dejo el libro sobre la mesa del escritorio y me voy a vestir y a arreglarme. Hoy, nose que ponerme, estoy demasiado confusa por lo del libro. Lo peor de todo es que no me acuerdo de nada, y lo tendré que empezar a leer de nuevo, por desgracia.

Bajo rápidamente por las escaleras, cojo una manzana del cesto de la fruta, mi mochila, y salgo corriendo por la puerta. Pero no me libro de mi madre:

-Eeehh, señorita, ¿a donde crees que vas? 

-Al instituto, llego tarde.

-De aquí no te mueves hasta que me des un beso.-Siempre en los peores momentos, me saca de quicio, nose como lo hace.

-Ainns, mamá que llego tarde.

-Estás perdiendo un tiempo muy valioso en hablar.

-Está bien.- Le doy un beso en la mejilla y salgo pitando.

Cojo las llaves del coche de la mochila, lo abro, y salgo del garaje. Estoy medio dormida, por lo que paro en un starbucks que me pilla de camino a comprar un café. Como era de esperar, a estas horas no hay casi gente, asi que tardan dos minutos en atenderme y coger el café. LLego al instituto, y con las prisas, aparco fatal. Pero me da igual, porque no hay tiempo para eso.

Busco a mi amiga Victoria por todas partes, para contarle lo del libro, pero en vez de eso, me encuentro a Laura, justamente con el libro de Los Juegos de Hambre en la mano, y se me ocurre preguntarle:

-Hola Laura, ¿Te terminaste de leer ya el libro?

-Por supuesto, es el mejor libro de la historia, ya me estoy leyendo la segunda parte, y me compré la tercera.

-Vale, yo me lo empecé a leer ayer por la tarde, y me aburrí tanto que me dormí.-No le iba a decir que me quedé dormida porque me quedé leyendo hasta tarde.

-Ya, era de esperar, uq euna persona como tu, le aburriera el libro, ya que no eres capaz de entenderlo.

Y se marchó, dejandome con las palabras en la boca. Me quedé ahí, en medio del pasillo, pasmada, pensando en las palabras de Laura. Me había llamado tonta, o inculta, no lo sé, tenía que meditar esas palabras, pero no ahora que me tocaba clase biología.

Las horas se pasaron rápidas, porque no prestaba atención a ninguna de ellas. En los recreos estaba ausente, no estaba con nadie, ya que mi amiga Victoria, no había venido, y no me apetecía estar con las demás, qería estar sola. Después del instituto, fuí a comer, hice los deberes, y, nada más conectarme para ver quien había conectado, puse música flojita, y comencé de nuevo a leer el libro.

Martes, 13 de marzo, 20:30 de la tarde:

Ya voy por el capítulo 6 y no puedo parar. Es como una obsesión que te come el coco, pero, esta obsesión, me encanta. Pero, si quiero que me dude, tendré que tomarmelo con más tiempo. Mañana se lo contaré a Laura, para que luego diga que no soy capaz de leerme el libro. Juas, juas, juas, no se quien es ella para decirme eso.

Veo conectada a Victoria, pero decido no contarle lo del libro, ya que se pondría histérica, y no hay ganas de escucharla. Simplemente me limito a preguntarla que le ha pasado y a escucharla a ella, casi no hablo en la conversación. 

Después de cenar, subo a mi cuarto a estudiar física, hasta las tantas de la noche, que mi madre sube a decirme que apague ya. Hoy ha sido un día agotador, y estoy deseando que llegue mañana para poder seguir leyendo LJDH.